LOT EN SODOMA


¿Quién no hubiese sido seducido por la atracción de ese exuberante valle? Pero Lot no veía la degradación moral de los habitantes de esas ciudades que Dios pronto iba a destruir. “Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y… Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra el Señor en gran manera” (Génesis 13:11-13).

       Cuando Lot se dio cuenta de ello, quedó “abrumado por la nefanda conducta de los malvados” (2 Pedro 2:7), pero permaneció allí. Más grave aún: había adquirido un puesto de autoridad en esta ciudad corrompida: “Lot estaba sentado a la puerta de Sodoma” (Génesis 19:1), donde los notables ejercían justicia. En apariencia todo iba bien; el mundo seguía su curso, pero Dios “hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego” (Génesis 19:24).

       Lot, liberado de este juicio, lo perdió todo: sus bienes, su mujer transformada en estatua de sal, y su ciudad en ruinas. No nos extraña que tal iniquidad haya atraído semejante juicio, pero nos sorprende lo que declara el apóstol Pedro con respecto a Lot: Dios “libró al justo Lot… porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos” (2
Pedro 2:4-8).
Porque si Dios no dejó sin castigo a los ángeles que pecaron, sino que, habiéndolos arrojado al infierno en prisiones de oscuridad, los entregó a ser reservados para el juicio; 5 y si tampoco dejó sin castigo al mundo antiguo, pero preservó a Noé, heraldo de justicia, junto con otras siete personas, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos; 6 y si condenó a destrucción a las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas y poniéndolas como ejemplo para los que habían de vivir impíamente; 7 y si rescató al justo Lot, quien era acosado por la conducta sensual de los malvados 8 -porque este hombre justo habitaba en medio de ellos y afligía de día en día su alma justa por los hechos malvados de ellos-; 9 entonces el Señor sabe rescatar de la prueba a los piadosos y guardar a los injustos para ser castigados en el día del juicio. 10 ¡Y especialmente a aquellos que andan tras las pervertidas pasiones de la carne, y desprecian toda autoridad!